Al lado del hotel había un restaurant francés chiquito llamado L’Histoire, que contaba con un par de mesas en el salón y varias mesitas en el muelle que daba directamente al mar. Tengo que decir que no se si hubiese entrado solo, porque de afuera es solamente un pasillo y el no saber francés aterra un poco, por lo que me aproveché de que Flor si maneja esa lengua y nos mandamos. El final es feliz, terminamos yendo esa …
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